Comer de forma saludable nos ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, así como controlar el colesterol, prevenir las enfermedades del corazón y mantener el peso ideal. Una de las mejores dietas es la nuestra, la dieta mediterránea que, el 16 de noviembre de 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en una denominación conjunta de España, Grecia, Italia y Marruecos.  

Una dieta equilibrada consta de distintos nutrientes tales como proteínas, carbohidratos, vitaminas, etc. La pirámide de los alimentos nos dice que debemos comer al día:

• Entre 6 y 11 porciones de pan, cereales, arroz o pasta: estos carbohidratos complejos proporcionan vitamina B, minerales y fibra. Los carbohidratos son la fuente principal de energía para el organismo.

• Entre 3 y 5 porciones de verduras y hortalizas: son también carbohidratos y una fuente estupenda de vitaminas y fibra y son naturalmente bajos en grasas y calorías. Las hortalizas de color amarillo o naranja, como las zanahorias, son una gran fuente de vitamina A, mientras que las verduras de la familia del repollo y el pimiento son ricas en vitamina C.

• Disfruta de 2 a 4 porciones de fruta: es otra fuente de energía por sus carbohidratos, vitaminas y potasio. Son buenas para comer entre horas y un postre saludable. Las frutas de color naranja como el albaricoque son ricas en vitamina A, los cítricos tienen mucha vitamina C, otras como el mango y la papaya tienen tanto vitamina A como C.

• Añade de 2 a 3 porciones del grupo de lácteos: la leche, el yogur y el queso son fuentes de proteínas que tienen una amplia gama de funciones vitales. Procura escoger lácteos de bajo contenido en grasas siempre que sea posible.

• Limita el consumo de carnes, aves, pescados, huevos, legumbres y frutos secos a 2 o 3 porciones. Son una fuente principal de proteína y contienen importantes vitaminas y minerales. Intenta comprar cortes magros de carne y quítale la piel al pollo.

• Intenta reducir al mínimo las grasas, aceites y dulces. Evita las grasas saturadas que se encuentran en los productos de origen animal como la mantequilla y el queso, e intenta tomar siempre grasas no saturadas que se encuentran en los aceites vegetales, ya que se considera que son más sanas. Intenta también minimizar los dulces que tienden a contener un alto contenido en calorías y son bajos en ventajas nutritivas.

Finalmente, es recomendable acudir al médico o dietista para desarrollar un plan de alimentación personalizado. En nuestra próxima entrada seguiremos con los consejos para mejorar la salud en personas diabéticas.